Replantar tus plantas es una de las actividades favoritas y recurrentes de los amantes de las plantas, que siempre buscan formas de mejorarlas y condiciones óptimas de crecimiento y mantenimiento.
Entonces qué contenedor elegir ? Maceta o jardinera, cuáles son las diferencias ?
En general, se recomienda encarecidamente utilizar macetas de cultivo con agujeros en el fondo de la maceta, ya sean de plástico o de terracota. Estos agujeros permiten a la vez una aireación constante del suelo pero también un excelente drenaje gracias a la evacuación del exceso de agua de riego. Esto evita que las raíces de su planta se estanquen en el agua, ya que muy pocas plantas son favorables a estas condiciones de crecimiento, a excepción de las plantas acuáticas o semiacuáticas.
En cuanto a la jardinera, como su nombre indica, se supone que “ oculta ” una maceta. Por tanto, esto implica que su fondo está lleno para dar cabida a otra maceta con agujeros. Muchas veces más estéticas, coloridas, de diseño o incluso refinadas, las macetas pueden estar hechas de diferentes materiales como acero inoxidable, loza o vidrio. Esta diversidad te permite variar las jardineras o, por el contrario, estandarizarlas en tu decoración interior.
A partir de entonces, también puedes optar por maceteros más ligeros para poder mover tus plantas más fácilmente según las estaciones para una mejor exposición.
Finalmente, sólo en climas cálidos y secos, una maceta permite crear una reserva de agua para la planta que puede aprovechar como desee. Pequeña excepción de las jardineras de mimbre que obviamente no lo permiten, pero en este caso recomendamos colocar un platillo en el fondo de la jardinera para evitar que el agua dañe el mimbre.
Última posibilidad : trasplantar directamente en una maceta. Lejos de ser soluciones de cultivo óptimas por falta de drenaje, es imprescindible implementar algunos consejos para asegurar un buen crecimiento de la planta.
Coloque una capa suficientemente gruesa de bola de arcilla de unos 3 cm en el fondo de la maceta para una doble acción. La primera consiste en crear una zona de drenaje en la que las bolas de arcilla absorben el exceso de agua, limitando fuertemente el agua estancada. La segunda acción es la constitución de una reserva de humedad contenida en las perlas puestas a disposición de las raíces.
Riegue muy poco y con frecuencia. La idea es humedecer las partículas de tierra gradualmente a lo largo de toda la altura del cepellón sin que el agua fluya directamente al fondo de la maceta.
Finalmente, para trasplantar directamente en una maceta,